Enseñaje: Diálogos entre la teoría y la práctica de la transformación del territorio.

Durante la primera semana de mayo fuimos invitades a participar de distintos espacios de enseñanza aprendizaje en universidades públicas. En nuestra historia como organización que trabaja en la producción de hábitat en contextos de desigualdad, la participación y el trabajo en las universidades ha sido fundamental, ya que consideramos que los espacios donde se produce conocimiento son, entre otros, los que inciden en la posibilidad de transformación  del espacio, en ese proceso les estudiantes son les protagonistas. Incorporar la experiencia de las prácticas profesionales en los barrios populares al contenido curricular de las universidades resulta necesario ya que es un modo de reconocer e institucionalizar la producción de arquitectura y de ciudad de gran parte del Área Metropolitana de Buenos Aires. Al mismo tiempo es un aporte en la construcción de un conocimiento situado, revisando y estudiando objetivamente la acción que llevamos adelante en el presente, registrando los aprendizajes y proyectando prácticas ajustadas al contexto en el que trabajamos.

En esta ocasión, presentamos a estudiantes de la carrera de arquitectura de la Universidad Nacional de Moreno y a estudiantes de la materia Laboratorio Interdisciplinario de Diagnóstico Ambiental, transversal en las carreras de la Universidad Nacional de General Sarmiento, experiencias de trabajo que nos permitieron repensar el rol profesional, reuniéndonos en reflexiones sobre problemas específicos de la disciplina, sobre el trabajo que requiere transformar las condiciones espaciales de los barrios populares y sobre su incorporación en la formación universitaria.               

En la materia Urbanismo 1, cátedra Marzioni en la UNM expusimos la experiencia de trabajo de dirección de obra de 246 viviendas del Barrio La Perla, localizadas en Moreno. El trabajo con las organizaciones sociales y les trabajadores de la economía popular fortaleció la capacidad de estas organizaciones para llevar adelante una obra de gran escala en los tiempos requeridos por el Estado, así como también funcionó como espacio de formación para mujeres y hombres que quisieran aprender un oficio, promoviendo una política de género para la incorporación de todes al trabajo. Estos fueron algunos de los aportes que valoramos en el proceso de construcción de una apropiación consciente y colectiva de la obra.

En el Laboratorio Interdisciplinario de la UNGS, participamos de un panel con otres actores que trabajan en el sector estudiado en esa materia: la cuenca del arroyo Zinny, en José C. Paz. Presentamos nuestro trabajo en articulación con la Red El Encuentro + Red Andando en Espacios Comunitarios Barriales, donde el impacto negativo de los problemas ambientales afectan el desarrollo de las actividades en estos espacios. La relación entre las experiencias presentadas con la lectura del territorio en su complejidad, desde la política de gestión del hábitat, la problemática ambiental y los problemas sociales, fue el eje del debate sobre un abordaje integral de la cuestión urbana. 

Por último, participamos del Taller Integrador sobre Producción de Ciudad Cooperativa, en  Arquitectura de UNM, junto a otras organizaciones que compartieron sus experiencias de trabajo. Esta vez presentamos a Proyecto Habitar como organización que reúne a distintas instituciones con un proyecto político común (académico- institucional), donde las situaciones de desigualdad y opresión que se manifiestan en el espacio urbano y arquitectónico son abordadas desde el trabajo sostenido de les profesionales en el hábitat popular, desde producciones teóricas que construyen marcos conceptuales con una mirada relacional de la política urbana, y desde ámbitos de formación que incluyen estas nociones en los procesos de enseñanza aprendizaje.

Las preguntas y reflexiones que se produjeron desde les estudiantes ponen de manifiesto la necesidad de continuar trazando estrategias de trabajo para llevar adelante estas prácticas, haciendo conscientes y colectivos los aprendizajes que se producen en los procesos, al tiempo que socializarlas permite que surjan nuevas formas de trabajo colectivo. Agradecemos estas invitaciones y valoramos la participación en estos espacios de formación, reconociendo la compleja situación que atraviesan las universidades del conurbano, donde el desfinanciamiento, los recortes salariales y las políticas de vaciamiento afectan a miles de docentes y estudiantes. La posibilidad de encontrarnos debatiendo en estos ámbitos resulta sumamente necesaria para propiciar la reflexión sobre la producción urbana. Son los espacios que posibilitan seguir aprendiendo de los procesos y, a la vez, proyectando acciones conscientes sobre una ciudad más democrática y justa. 

HACIA UNA POLITICA FEDERAL DE HABITAT

HACIA UNA POLITICA FEDERAL DE HABITAT

Durante los días 12 y 13 de abril se llevó adelante el Encuentro Federal “Hábitat y Territorio” que contó con la participación de “representantes de organizaciones sociales, pymes, académicos, medios de comunicación y diversas comunidades” para “generar acuerdos sobre puntos indispensables en la construcción de una política federal de hábitat”.  Desde esta perspectiva multiactoral se abordaron múltiples dimensiones para pensar en políticas sobre el hábitat y el territorio.

Desde el punto de vista económico se postuló la reactivación de la industria de la construcción como mecanismo de desarrollo económico. En un proceso que, para promover efectos redistributivos, requiere: integrar políticas de suelo, la incorporación de pequeñas y medianas empresas constructoras, así como cooperativas de trabajo en la construcción y en la producción de materiales. La propuesta se dirigió a incorporar el modelo de desarrollo nacional en el debate, que el modelo dominante ha estado siempre ligado a la construcción de desigualdades y al extractivismo.

Al abordar la comunicación de la política habitacional se enfatizó el valor de los trabajadores del Estado quienes sostienen las políticas públicas y cargan con una memoria institucional muy valiosa a la hora de gestionar las políticas de hábitat. Se denunció la deslegitimación que los trabajadores estatales están sufriendo en esta gestión a través de la utilización de mensajes mediáticos que desalientan el rol del estado y legitiman la gestión pública a través de agencias. 

Se puntualizó en el desafío de construir una política nacional y popular en materia de hábitat y territorio desde la perspectiva de Derechos Humanos. Para ello, se propuso un debate que avance sobre las palabras, y formule herramientas en un proceso de fortalecimiento de una nueva mayoría. Un desafío que reúne a quienes luchan por las políticas de hábitat urbano con quienes luchan por las políticas de hábitat rural, ya que se trata de procesos que están íntimamente vinculados en el desarrollo del territorio.

Desde el punto de vista de la gestión, se manifestó la relevancia de herramientas de intervención estatal. Lo que requiere promover la construcción de un conjunto de herramientas para intervenir en el mercado inmobiliario, intervenir en el manejo del suelo. De esta manera, se pretende recuperar de la ganancia de ese mercado, los recursos necesarios para llevar adelante las políticas habitacionales.

Se planteó la discusión sobre la seguridad de los barrios, proponiendo que la misma se encuentre dentro de la gestión de las organizaciones barriales, para garantizar la seguridad en el control social. También la necesidad de feminizar la política habitacional, para cambiar cómo vemos y construimos la ciudad, y nuestros pueblos.

Para la cuestión de las infraestructuras, saneamiento se propuso renovar la discusión y sacarla del ámbito de decisión de los dueños de grandes empresas. Esto implica: discutir el latifundio, discutir el monocultivo de soja, discutir contra los diseños de infraestructura a favor del movimiento de mercaderías de exportación.

Sobre la política de transparencia, se propuso generar un registro público de tierras, y un registro nacional de accionistas, como instrumentos que les permitan a las organizaciones conocer a los actores que están operando bajo el anonimato de las sociedades, en los desalojos, en las compras de tierra rural para el desarrollo de countries, etc.

Se abordó también la experiencia de la autogestión en las políticas habitacionales, mediante procesos económicamente rentables, de generación de trabajo, de capacitación, de fortalecimiento en la participación de las mujeres, y de calidad habitacional.

Desde Proyecto Habitar participamos en el encuentro exponiendo las preocupaciones que recogemos diariamente de nuestra práctica militante-académica-profesional, con ánimos de reunirnos en reflexiones sobre los problemas transversales de la sociedad, y desde allí construir acuerdos sobre las políticas de gestión del hábitat y el territorio.

Enumeramos aquí algunos puntos trabajados:

– La perspectiva de género en el desarrollo de políticas habitacionales.

– El problema de la gestión de los residuos urbanos y el derecho a un ambiente sano.

– El impacto de la inflación en la política pública habitacional y en las precarias condiciones laborales en las que trabajamos.

– El rol de la Universidad como ámbito de debate y construcción de políticas habitacionales.

– La perspectiva relacional de la política urbana, que comprende integrados pares que habitualmente se fragmentan (riqueza-pobreza; formalidad-formalidad; etc.)

Entendemos necesarios estos espacios, en los que nos reunimos desde las diversas experiencias territoriales, desde donde evidenciamos la injusticia y la desigualdad, para construir democráticamente una plataforma de problemas y de propuestas que enfrenten en cada acción y en cada contexto la expresión particular de la opresión.

HACIA UNA POLÍTICA FEDERAL DE HÁBITAT

HACIA UNA POLÍTICA FEDERAL DE HÁBITAT

Durante los días 12 y 13 de abril se llevó adelante el Encuentro Federal “Hábitat y Territorio”
que contó con la participación de “representantes de organizaciones sociales, pymes,
académicos, medios de comunicación y diversas comunidades” para “generar acuerdos sobre
puntos indispensables en la construcción de una política federal de hábitat”. Desde esta
perspectiva multiactoral se abordaron múltiples dimensiones para pensar en políticas sobre el
hábitat y el territorio.
Desde el punto de vista económico se postuló la reactivación de la industria de la construcción
como mecanismo de desarrollo económico. En un proceso que, para promover efectos
redistributivos, requiere: integrar políticas de suelo, la incorporación de pequeñas y medianas
empresas constructoras, así como cooperativas de trabajo en la construcción y en la
producción de materiales. La propuesta se dirigió a incorporar el modelo de desarrollo
nacional en el debate, que el modelo dominante ha estado siempre ligado a la construcción de
desigualdades y al extractivismo.
Al abordar la comunicación de la política habitacional se enfatizó el valor de los trabajadores
del Estado quienes sostienen las políticas públicas y cargan con una memoria institucional muy
valiosa a la hora de gestionar las políticas de hábitat. Se denunció la deslegitimación que los
trabajadores estatales están sufriendo en esta gestión a través de la utilización de mensajes
mediáticos que desalientan el rol del estado y legitiman la gestión pública a través de agencias.
Se puntualizó en el desafío de construir una política nacional y popular en materia de hábitat y
territorio desde la perspectiva de Derechos Humanos. Para ello, se propuso un debate que
avance sobre las palabras, y formule herramientas en un proceso de fortalecimiento de una
nueva mayoría. Un desafío que reúne a quienes luchan por las políticas de hábitat urbano con
quienes luchan por las políticas de hábitat rural, ya que se trata de procesos que están
íntimamente vinculados en el desarrollo del territorio.
Desde el punto de vista de la gestión, se manifestó la relevancia de herramientas de
intervención estatal. Lo que requiere promover la construcción de un conjunto de
herramientas para intervenir en el mercado inmobiliario, intervenir en el manejo del suelo. De
esta manera, se pretende recuperar de la ganancia de ese mercado, los recursos necesarios
para llevar adelante las políticas habitacionales.
Se planteó la discusión sobre la seguridad de los barrios, proponiendo que la misma se
encuentre dentro de la gestión de las organizaciones barriales, para garantizar la seguridad en
el control social. También la necesidad de feminizar la política habitacional, para cambiar cómo
vemos y construimos la ciudad, y nuestros pueblos.
Para la cuestión de las infraestructuras, saneamiento se propuso renovar la discusión y sacarla
del ámbito de decisión de los dueños de grandes empresas. Esto implica: discutir el latifundio,
discutir el monocultivo de soja, discutir contra los diseños de infraestructura a favor del
movimiento de mercaderías de exportación.
Sobre la política de transparencia, se propuso generar un registro público de tierras, y un
registro nacional de accionistas, como instrumentos que les permitan a las organizaciones
conocer a los actores que están operando bajo el anonimato de las sociedades, en los
desalojos, en las compras de tierra rural para el desarrollo de countries, etc.

Se abordó también la experiencia de la autogestión en las políticas habitacionales, mediante
procesos económicamente rentables, de generación de trabajo, de capacitación, de
fortalecimiento en la participación de las mujeres, y de calidad habitacional.
Desde Proyecto Habitar participamos en el encuentro exponiendo las preocupaciones que
recogemos diariamente de nuestra práctica militante-académica-profesional, con ánimos de
reunirnos en reflexiones sobre los problemas transversales de la sociedad, y desde allí
construir acuerdos sobre las políticas de gestión del hábitat y el territorio.
Enumeramos aquí algunos puntos trabajados:
– La perspectiva de género en el desarrollo de políticas habitacionales.
– El problema de la gestión de los residuos urbanos y el derecho a un ambiente sano.
– El impacto de la inflación en la política pública habitacional y en las precarias condiciones
laborales en las que trabajamos.
– El rol de la Universidad como ámbito de debate y construcción de políticas habitacionales.
– La perspectiva relacional de la política urbana, que comprende integrados pares que
habitualmente se fragmentan (riqueza-pobreza; formalidad-formalidad; etc.)
Entendemos necesarios estos espacios, en los que nos reunimos desde las diversas
experiencias territoriales, desde donde evidenciamos la injusticia y la desigualdad, para
construir democráticamente una plataforma de problemas y de propuestas que enfrenten en
cada acción y en cada contexto la expresión particular de la opresión.