El viernes 28 de junio se llevó adelante el encuentro titulado “HABITAR LAS IMÁGENES” en el que se reunieron equipos de producción audiovisual que han trabajado sobre el hábitat del conurbano bonaerense desde distintas perspectivas: académicas, científicas, políticas o profesionales, irrumpiendo con una nueva mirada en el relato audiovisual, atravesándolo desde la espacialidad.
Nos propusimos discutir sobre los discursos audiovisuales hegemónicos, que estigmatizan y simplifican negativamente el habitar de los barrios populares, y proponer otras imágenes, palabras y voces del habitar cotidiano que nos muestren la problematización y politización colectiva de la transformación del hábitat, dejando entrever otras aproximaciones y proyecciones de transformación.
El encuentro tuvo cita en el multiespacio de la Universidad Nacional General Sarmiento, donde primeramente, se proyectaron 6 audiovisuales (para saber mas click aqui) y luego se conformó un conversatorio en el que se compartieron impresiones, que retomaron las motivaciones por las cuales se habían producido los registros, así como la relación que se encontraban entre las expectativas y las producciones observadas.
El espacio se transformó, pasó del cine, con las sillas ordenadas en filas y luz apagada para que todos pudieran ver la pantalla, a una gran ronda iluminada donde nos pudiéramos ver las 50 personas que estábamos dispuestas a escuchar y contar nuestros pareceres.
La conversación primeramente giró alrededor de las razones que guiaron la producción de audiovisuales, razones que recuperan una lógica sensible, en la que se reconoce la belleza de la vida cotidiana, y se visibiliza la desigualdad desde las voces de los barrios.
Integrantes del equipo de “Salvando Salvatori”, contaron cómo se acercaron a los protagonistas del proceso que tuvo lugar en el audiovisual, interpelados por la consigna de “conocer el conurbano”, buscaron mostrar la difícil situación que tanta gente vive diariamente, pero también las acciones que se hacen para mejorar el espacio. Por ello registraron acciones y relatos de un grupo de pobladores que recuperaron un humedal de valor ambiental y junto con este, el derecho a un ambiente sano, a la recreación y la memoria.
Identificaron similitudes con otras producciones donde también se revaloriza el espacio cotidiano y la diversidad que habita en los barrios a través del recuerdo de los momentos de la infancia que anhelamos. Finalmente, el equipo reflexionó acerca del valor que tiene contar historias con interés en lo cercano, en la proximidad de la vida cotidiana, historias que nos transforman la mente y el corazón.
El equipo de “los frutos del naranjo” contó que les sucedió algo similar. Que sin hacer algo informativo, querían que la producción sirviera para contar lo que estaba pasando en el campo la Juanita. Querían enfocarse en cómo luchan colectivamente para recuperar un predio, que deje de ser un basural a cielo abierto y pase a ser una reserva natural. En este camino, los y las vecinas, además de informar y guiar sobre lo realizado, les permitieron atravesar emocionalmente el espacio con las historias que se registran en el audiovisual.
Una vecina del campo de La Juanita, valoró el audiovisual, la manera sensible de recuperar una memoria colectiva de cuidado del espacio y destacó la importancia de utilizar el arte como medio de difusión. Contó que sintió emoción al verlo y dijo “Nos vimos en otras miradas, es fuerte.”
Por su parte, el equipo de “Los pinos existe” remarcó la intensión de restituir la existencia de un barrio, sus pobladores y el derecho a un hábitat digno, a través de imágenes, datos y relatos de mujeres referentas que presentan los riesgos que enfrentan cotidianamente por la cercanía con industrias contaminantes.
El equipo utilizó la comunicación audiovisual como estrategia para trascender las fronteras de la investigación científica e intervenir en el debate público sensibilizando a los que deben responsabilizarse por la situación, favoreciendo el conocimiento situación y “haciendo una ciencia justa”.
En línea con las prácticas de investigación, el equipo de “mapas del encuentro” contó sobre un proyecto de servicio a la comunidad. Los audiovisuales se reúnen en un “anecdotario” creado como parte del proyecto donde, mayormente mujeres, cuentan historias de los barrios atravesadas por sus propias historias. Allí no solo aparecen problemas recurrentes como el acceso al suelo, a servicios urbanos, al ambiente sano, sino también las formas de accionar frente a esa realidad, las estrategias para reunirse y encontrar soluciones.
Finalmente, a modo de conclusiones se rescataron los proyectos colectivos que transitan las fronteras de las disciplinas, rompiendo los bordes que las encasillan y disputando su sentido social. Se destacó la importancia de visibilizar la realidad de millones de personas que viven en territorios afectados por injusticias y vulneraciones de derechos, así como la relevancia de que una universidad pública brinde espacio para trabajar estas problemáticas, subrayando la importancia de integrar la formación académica con la realidad.
Quedó resonando, el valor que tiene encontrarnos en la mirada de otros, de sentir que uno fue mirado, que fue representado por estas imágenes. Se valoró también que es necesario visibilizar la construcción y disputa de una identidad individual y colectiva, que se ha ido conformando a través del tiempo gracias a nuestra capacidad de transformación.