Autor: Julian Salvarredy
Reflexiones en un encuentro latinoamericano por la igualdad y la justicia territorial [1]
En ese sentido, es importante retomar algunos hitos del proceso histórico de estos encuentros, que ya van por 10 años, ya que el significado del término arquitectura comunitaria anida, para los que participamos de los distintos Encuentros Latinoamericanos de Arquitectura Comunitaria (ELAC), en el proceso colectivo de construcción conjunta de un espacio regional de unidad y acción transformadora para los profesionales del hábitat.
¿Qué reúne históricamente a les interesades en este encuentro? Nos reúne una voluntad de acción transformadora frente a una realidad desigual e injusta. Nos reúne nuestra identidad, nuestro carácter de trabajadores especializados, de profesionales de la arquitectura y el urbanismo.
Estos encuentros comienzan en el año 2010, con motivo del cumplimiento de la primera década de los arquitectos de la comunidad del Uruguay, las arquitectas de la comunidad de Uruguay tuvieron la feliz idea de organizar en Montevideo el primer Encuentro Latinoamericano de Arquitectos de la Comunidad. Tenía protagonistas invitades de la región latinoamericana, y también de otros continentes. En aquel momento fuimos invitados como coordinadores de un proyecto de extensión que dirigíamos junto con Eugenia Jaime, y que era el de “Consultorios de Arquitectura de la Comunidad”. Se presentaron allí experiencias diversas, que en su mayoría daban cuenta de procesos y proyectos arquitectónicos en el hábitat popular junto a organizaciones territoriales. Al finalizar el encuentro nuestro equipo propuso promover un segundo ELAC, y que fuera en Buenos Aires. Se debatió en asamblea, se aprobó, y a partir de ese momento nació el II ELAC, y con él los encuentros como un dinámica regional que continúa creciendo.
Foto izq: En la escalinata de la Universidad, al finalizar el I ELAC. (2010). Foto dcha: II ELAC. La Plata, 2012. Foto: Miguel Caamaño
En esos años se gestó también Proyecto Habitar (PH) como propuesta de ejercicio profesional, promovida por parte del grupo que realizaba aquellos Consultorios como proyecto de extensión, y con otres que se fueron sumando a la iniciativa. Pretendía trascender la actividad académica, continuar en la docencia y la investigación, sin abandonar como objetivo una práctica profesional territorial y colectiva vinculada a estos procesos de lucha social por transformar el hábitat. Para ese entonces el equipo participaba de procesos diversos, que excedían ampliamente el dispositivo de consultorios de arquitectura, abordando todas las escalas y temas de la arquitectura y el urbanismo, pero siempre desde una perspectiva transformadora. Proyecto Habitar ha cumplido también más de una década. En ese sentido, la historia de los ELAC se entrelaza con la de PH en el tiempo.
Continuando con la historia de los ELAC, como modo de reflexionar sobre el sentido de la arquitectura comunitaria, resulta apropiado detenerse un momento en 2012. Se trató de un evento muy importante, que reunió en Buenos Aires y en La Plata, las dos facultades más importantes del país[2], a profesionales de toda la región, y que contó con una presencia masiva de estudiantes.
Asamblea del Sábado en La Plata. El pizarrón con el registro de la alternativas que se iban proponiendo. II ELAC 2012. Foto: Miguel Caamaño
Uno días antes del II Encuentro Latinoamericano de Arquitectos de la Comunidad, llega al comité organizador el aviso de que el término “arquitectos de la comunidad” no podía ser utilizado. La persona que lo había registrado comercialmente afirmaba que sólo podían utilizarlo los que seguían su método, intimando a cambiar el nombre del encuentro. Luego de un ardua negociación, el acuerdo fue a favor de una medida intermedia, que daba una oportunidad a la reconstrucción colectiva. Aquel segundo encuentro podía ser llamado de “Arquitectos de la Comunidad”, pero en la asamblea de cierre, debía tratarse el cambio de nombre. Así fue como, en el segundo ELAC, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata, en una histórica asamblea de 300 estudiantes y profesionales, y luego de un debate encendido, consensuamos que la convocatoria para el III ELAC sería al tercer Encuentro Latinoamericano de Arquitectura Comunitaria.
Así nació el concepto “Arquitectura Comunitaria” que reúne estos encuentros. Fue un ejercicio de debate epistemológico en el que todos aportaban desde sus trayectorias y perspectivas. Se resolvió como un modo de superar debates menores, quizás mezquinos, a favor de construcciones amplias, democráticas y colectivas. Entre los argumentos que se presentaron, quedaba claro que no se trataba de un método, ni era propiedad de nadie. Que el carácter comunitario de la arquitectura era un modo de calificar un proceso social, colectivo, que admitía incluso procesos interdisciplinarios e intersectoriales. No se buscaba recortar, sino ampliar, en el mismo camino de unidad y acción transformadora que promovía el encuentro.
Desde aquel encuentro de 2012, se intercalaron en Argentina también Encuentros Nacionales. Así fue como, con un gran esfuerzo militante de diversos grupos del país y la región, pudieron realizarse el ENAC 2013 en Tucumán (Arg.), el ELAC 2014 en Caracas (Ven.), el ENAC 2015 en Chaco (Arg.), ENAC 2017 en Santa Fe (Arg.), el ELAC 2018 en La Plata (Arg.), y el ENAC 2019 en Buenos Aires (Arg.).
De izq a dcha: Tucuman 2013, Caracas 2014, Chaco 2015, Rosario 2017
¿Por qué es necesario el registro de esta historia? Porque es central para orientar el debate sobre el sentido del término conocer en qué proceso y desde que perspectiva entendemos la noción de arquitectura comunitaria.
Arquitectura comunitaria es un concepto que concentra un proceso de construcción colectiva de una perspectiva integral de la arquitectura, de la práctica y la teoría arquitectónica comprendida como parte de los procesos de transformación territorial, que desde una noción situada pretende direccionar su acción a favor de un territorio más justo y democrático. A partir de este acuerdo sentido, que es una propuesta de unidad y acción transformadora, el carácter de los retos no encuentra límites temáticos, sino políticos, porque es necesario reconstruir el sentido de nuestra profesión, y con el carácter los métodos y contenidos de nuestra formación en su conjunto.
Desde este punto de vista, es una definición de sentido social, por lo tanto, es una definición de las características del trabajo, que impacta en la teoría. En el mismo sentido, es determinante de los objetivos, contenidos, recursos y actividades de la formación.
Arquitectura comunitaria puede ser una especialidad, desde el punto de vista que fue gestada en los ELAC no es solo eso. Porque no incide sobre un aspecto del trabajo de les arquitectes sino sobre la totalidad de los trabajos. En el mismo sentido, puede ser un tema, ser un perfil, desde nuestro punto de vista no es solo eso. Porque no hay un tema de la práctica arquitectónica que pueda prescindir del conocimiento y el compromiso que surge de la conciencia del contexto injusto y desigual en el que se produce la transformación del espacio arquitectónico y urbano.
El debate y los desafíos de la arquitectura comunitaria son también integrales. Es el debate sobre la transformación que debe producirse en nuestro territorio y que profesionales requiere. Sobre la necesidad de comprender el carácter relacional de los procesos y los proyectos arquitectónicos y urbanos, en los que el sistema social-económico-productivo determina la configuración territorial y urbana, y que a la vez en un proceso dialectico, complejo, continuo, es incidido por esta. Los encuentros que promueven el debate sobre la arquitectura comunitaria se han propuesto históricamente, en definitiva, promover la formación y el desarrollo profesional en condiciones dignas de profesionales capaces de aportar en el sitio y el tiempo que les toca las transformaciones territoriales necesarias, que comprendan el modo de alcanzar proyectos y procesos democráticos que construyan una ciudad más justa e igualitaria.
[1] Este texto fue preparado para un conversatorio en el contexto de una serie de encuentros, de valiosos espacios de dialogo en vistas al V Encuentro Latinoamericano de Arquitectura Comunitaria – MEXICO 2021. Se propone en esta oportunidad trabajar sobre los “retos para los centros universitarios” como parte de los dilemas que nos presenta esta pandemia, como un modo de caminar en conjunto rumbo al V Encuentro Latinoamericano de Arquitectura Comunitaria. Los diálogos anteriores han presentado la relevancia de trabajar sobre los horizontes epistemológicos de la arquitectura comunitaria, y es importante retomar esta noción para poder identificar con certeza los retos que nos presenta la actualidad en la formación de profesionales del hábitat.
[2] Puede encontrarse la nota que resume la jornada de cierre en: https://www.facebook.com/notes/proyecto-habitar/encuentro-latinoamericano-de-arquitectos-elac-2012-jornada-de-cierre-primer-borr/403784916369151