REFLEXIONES SOBRE EL CONVERSATORIO DESCENTRAR LA MIRADA

El viernes 26 de julio se llevó a cabo el Conversatorio: Descentrar la mirada. Imágenes del habitar cotidiano en barrios populares, en el marco del cierre de la exposición fotográfica HABITAR. Se trató del último encuentro en la Universidad de General Sarmiento, donde fotógrafos, fotoperiodistas y realizadores expusieron sus trabajos para abrir a una nueva instancia de intercambio entre los presentes.

En esta ocasión, el disparador fue repensar el papel que tiene la fotografía y quienes la producen para reconstruir nuevas narrativas sobre diversas realidades, desnaturalizando los discursos de odio que tantas veces se multiplican en los medios de comunicación masivos y mostrando las relaciones y espacios que habitualmente no se ven.

Luego de la última proyección del documental Habitar en el Multiespacio de la UNGS, se dió lugar a la presentación de trabajos seleccionados por los 5 expositores, donde relataron procesos, situaciones, hechos, que inspiraron los registros, y los impulsaron a buscar una forma de disputar el sentido de la fotografía. Las producciones remitieron a experiencias significativas donde se visibilizaron otras lógicas de producción del espacio, y la construcción de una nueva mirada sobre el hábitat popular.

       

Marcos Sierra, presentó su trabajo “Intima 31. Organización popular y pandemia”, donde buscó reflejar el habitar durante el aislamiento social preventivo y obligatorio en el barrio 31, desde las ollas populares hasta los desalojos forzosos de familias encabezadas por mujeres. La movilización y demanda por vivir en la centralidad y por construir otras practicas sociales de convivencia.              

Agustina Salinas, “Guernica, la lucha por la tierra”, relatando los días de construcción del barrio producto de la toma de Guernica, que tuvo como desenlace la violencia durante su desalojo. La vivencia de estos días de lucha y organización social y espacial se vieron opacados por la expulsión, que fue tomada como acción ejemplificadora en los distintos niveles de gobierno.

Paloma Cerna, desde una mirada del paisaje cotidiano de Isla Maciel, invitó a poner en debate los discursos estigmatizantes de la violencia y la espectacularización de la desigualdad. Atrás de cada imagen hay una historia, el fotógrafo con su práctica puede involucrarse y visibilizar la vida o contar un fragmento desde una mirada ajena.

Felipe Restrepo, expuso el trabajo de los estudiantes del taller de Producción Audiovisual, cuya premisa fue desmitificar aquellas imágenes y relatos creados sobre el conurbano desde los grandes medios de comunicación audiovisual. Colores, sonidos, situaciones, trayectorias atravesaron el proceso de aprendizaje, cuestionando el estereotipo que se difunden sobre lo popular.   

Miguel Caamaño, presentó Habitar, una restitución de imágenes producidas a lo largo de la realización del documental que lleva el mismo nombre. La muestra interpela sobre como restituir un proceso tan complejo, donde se conjugan la lucha por el derecho al hábitat con los sueños, anhelos, experiencias cotidianas de cuatro barrios atravesados por la desigualdad estructural. El mensaje construido desde el barrio y con las personas que lo habitan para reconocerse sujetos históricos en la transformación.   

Las reflexiones giraron en torno al rol del fotoperiodista y su responsabilidad como actor público en la construcción de nuevas narrativas, contrarrestando la reproducción de la desigualdad y la estigmatización de la pobreza. Frente a la manipulación de la imagen y la reproducción de discursos del odio desde los espacios de comunicación masiva y desde las instituciones, la necesidad de problematizar desde donde se mira y se comunica es urgente.

       

Entre los comentarios e intercambios, cabe destacar los aportes de Cecilia Ceraso, comunicadora, y Omar Varela, urbanista. Cecilia planteo que frente al desaliento y la estigmatización la respuesta es ir hacia acciones que contribuyan a la dignidad, la comunicación como herramienta para registrar desde un lugar amoroso, desde la ternura, desde la empatía para generar imágenes incorruptibles por la integridad que expresan y por el lugar que ocupan las personas en ella. Omar invitó a crear las imágenes con sus protagonistas dando lugar a la apropiación y a la construcción de la comunidad como sujeto histórico de la transformación. Dado que una vez que se reconoce la necesidad colectiva de transformación, no hay otro camino que ir hacia adelante y hacia el encuentro con otres.

Hacia el cierre, Eugenia Jaime, docente investigadora UNGS e integrante de Proyecto Habitar, estimuló a tomar estas reflexiones como premisa para interpelar a las disciplinas, haciéndolas parte de la discusión que se produce en estos espacios de debate, donde se disputa el sentido de las imágenes. Interpelar la estructura hegemónica de la práctica profesional, que se fortalece en las instituciones, es fundamental para resignificar el aporte del conocimiento especifico. Frente a la injusticia, la comunicación es una herramienta de empoderamiento, para contar y compartir en otras instancias más próximas, la construcción de otros mundos posibles.  

HABITAR LAS IMAGENES. Descentrar la mirada. Imágenes del habitar cotidiano en barrios populares

 

HABITAR LAS IMAGENES. 

Conversatorio: Descentrar la mirada. Imágenes del habitar cotidiano en barrios populares

En el marco del cierre de la exposición fotográfica “HABITAR», nos proponemos conversar acerca de la necesidad de corrernos del lugar de los discursos audiovisuales hegemónicos, en esta ocasión desde la fotografía. Discursos que estigmatizan y simplifican negativamente el habitar de los barrios populares, para darle otras imágenes, palabras y/o voces al habitar cotidiano que indagan en problematizar y politizar la vida cotidiana y la transformación del hábitat, dejando entrever otras aproximaciones y proyecciones del presente.
Compartirán la mesa:

 

Marcos Sierras. Fotoperiodista. Es Profesor en Ciencias Políticas. Trabaja en escuelas medias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotoperiodista/ fotodocumentalista con enfoque en conflictos sociales y políticos. Autor de  “Íntima 31  Organización popular y pandemia” ensayo fotográfico sobre la realidad de los barrios populares durante la pandemia de Covid-19 (Villa 31)

 

Agustina Salinas. Fotoperiodista. Estudió fotografía básica en el Imdafta en el año 2016 y centró su interés en el fotoperiodismo. Fue parte de diversos medios comunitarios y alternativos durante varios años. Realizó talleres de ensayo y documental con diversos colegas. Publicó fanzines de manera colectiva e individual. Su trabajo fotográfico sobre la toma de Guernica, además de ser reconocido en diversas oportunidades, dejó una huella personal por el impacto que le generó este conflicto habitacional que dejó al descubierto una problemática estructural en Argentina como lo es la falta de vivienda.

 

Paloma Cerna. Se inició en la fotografía, realizando la carrera en IMDAFTA durante el 2015 y ahora continúa capacitándose en ARGRA. Trabaja como fotoperiodista para el medio comunitario, La Garganta Poderosa. Su enfoque fotográfico es lo social, lo cultural, lo político y los DDHH. 
Desde el 2016 retrata el barrio en el que vivió sus primeros años de infancia, Isla Maciel, ubicado en Avellaneda, PBA. Tratando de mostrar otro lado de un barrio estigmatizado.

 

Felipe Restrepo. Realizador Integral en Artes Audiovisuales de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Tandil, Argentina) y Abogado de la Universidad del Rosario (Bogotá, Colombia). Especializado en Montaje en la ESCAC – Escuela Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (adscrita a la Universitat de Barcelona). 
Profesor de la Maestría en Periodismo Documental y tutor del Laboratorio Audiovisual de Investigación y Experimentación (LAIE) – UNTREF. Profesor en el Taller de Producción Audiovisual I y II en la Licenciatura de Comunicación en la Universidad Nacional General Sarmiento (IDH – UNGS). Investigador docente del proyecto:  Política (s) en torno a medios de comunicación en la Argentina contemporánea IDH/ UNGS. Docente en la materia de Proyecto Audiovisual 2 (Cátedra Gismondi) en la Carrera de Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires FADU-UBA (desde el año 2009). Desarrolla actividades vinculadas al campo de la dirección, el guión, el montaje y la producción audiovisual.

 

Miguel M. Caamaño. Arquitecto, fotógrafo documentalista de espacios urbanos, formado en FILO, UBA y la FSOC, UBA, especializado en fotografía documental. Estudiante de fotoperiodismo en ARGRA.  La práctica de la fotografía, como herramienta de expresión e investigación. Investigador del laboratorio bio-ambiental de diseño de la Universidad de
Flores. Miembro de la ONG Proyecto Habitar desde 2012, donde ha desarrollado, entre otras acciones, un trabajo de registro fotográfico documental, tanto de las prácticas profesionales como docentes destinadas a la exposición de cursos, conferencias en distintos países y co-autor de publicaciones académicas impresas y digitales.

 

Modera: Laura Brandolini, Proyecto Habitar
El encuentro será el viernes 26 de julio de 18 a 21.30 horas, en el Multiespacio UNGS. José León Suárez 1502-1800, Los Polvorines, Provincia de Buenos Aires

HABITAR LAS IMÁGENES. El espacio cotidiano del conurbano bonaerense en la pantalla grande

El viernes 28 de junio se llevó adelante el encuentro titulado “HABITAR LAS IMÁGENES” en el que se reunieron equipos de producción audiovisual que han trabajado sobre el hábitat del conurbano bonaerense desde distintas perspectivas: académicas, científicas, políticas o profesionales, irrumpiendo con una nueva mirada en el relato audiovisual, atravesándolo desde la espacialidad.

Nos propusimos discutir sobre los discursos audiovisuales hegemónicos, que estigmatizan y simplifican negativamente el habitar de los barrios populares, y proponer otras imágenes, palabras y voces del habitar cotidiano que nos muestren la problematización y politización colectiva de la transformación del hábitat, dejando entrever otras aproximaciones y proyecciones de transformación.

El encuentro tuvo cita en el multiespacio de la Universidad Nacional General Sarmiento, donde primeramente, se proyectaron 6 audiovisuales (para saber mas click aqui) y luego se conformó un conversatorio en el que se compartieron impresiones, que retomaron las motivaciones por las cuales se habían producido los registros, así como la relación que se encontraban entre las expectativas y las producciones observadas.

El espacio se transformó, pasó del cine, con las sillas ordenadas en filas y luz apagada para que todos pudieran ver la pantalla, a una gran ronda iluminada donde nos pudiéramos ver las 50 personas que estábamos dispuestas a escuchar y contar nuestros pareceres.

La conversación primeramente giró alrededor de las razones que guiaron la producción de audiovisuales, razones que recuperan una lógica sensible, en la que se reconoce la belleza de la vida cotidiana, y se visibiliza la desigualdad desde las voces de los barrios.

 

    

Integrantes del equipo de “Salvando Salvatori”, contaron cómo se acercaron a los protagonistas del proceso que tuvo lugar en el audiovisual, interpelados por la consigna de “conocer el conurbano”, buscaron mostrar la difícil situación que tanta gente vive diariamente, pero también las acciones que se hacen para mejorar el espacio. Por ello registraron acciones y relatos de un grupo de pobladores que recuperaron un humedal de valor ambiental y junto con este, el derecho a un ambiente sano, a la recreación y la memoria.

Identificaron similitudes con otras producciones donde también se revaloriza el espacio cotidiano y la diversidad que habita en los barrios a través del recuerdo de los momentos de la infancia que anhelamos. Finalmente, el equipo reflexionó acerca del valor que tiene contar historias con interés en lo cercano, en la proximidad de la vida cotidiana, historias que nos transforman la mente y el corazón.

El equipo de “los frutos del naranjo” contó que les sucedió algo similar. Que sin hacer algo informativo, querían que la producción sirviera para contar lo que estaba pasando en el campo la Juanita. Querían enfocarse en cómo luchan colectivamente para recuperar un predio, que deje de ser un basural a cielo abierto y pase a ser una reserva natural. En este camino, los y las vecinas, además de informar y guiar sobre lo realizado, les permitieron atravesar emocionalmente el espacio con las historias que se registran en el audiovisual.

Una vecina del campo de La Juanita, valoró el audiovisual, la manera sensible de recuperar una memoria colectiva de cuidado del espacio y destacó la importancia de utilizar el arte como medio de difusión. Contó que sintió emoción al verlo y dijo “Nos vimos en otras miradas, es fuerte.”

Por su parte, el equipo de “Los pinos existe” remarcó la intensión de restituir la existencia de un barrio, sus pobladores y el derecho a un hábitat digno, a través de imágenes, datos y relatos de mujeres referentas que presentan los riesgos que enfrentan cotidianamente por la cercanía con industrias contaminantes.

 El equipo utilizó la comunicación audiovisual como estrategia para trascender las fronteras de la investigación científica e intervenir en el debate público sensibilizando a los que deben responsabilizarse por la situación, favoreciendo el conocimiento situación y “haciendo una ciencia justa”.

En línea con las prácticas de investigación, el equipo de “mapas del encuentro” contó sobre un proyecto de servicio a la comunidad. Los audiovisuales se reúnen en un “anecdotario” creado como parte del proyecto donde, mayormente mujeres, cuentan historias de los barrios atravesadas por sus propias historias. Allí no solo aparecen problemas recurrentes como el acceso al suelo, a servicios urbanos, al ambiente sano, sino también las formas de accionar frente a esa realidad, las estrategias para reunirse y encontrar soluciones.

Finalmente, a modo de conclusiones se rescataron los proyectos colectivos que transitan las fronteras de las disciplinas, rompiendo los bordes que las encasillan y disputando su sentido social. Se destacó la importancia de visibilizar la realidad de millones de personas que viven en territorios afectados por injusticias y vulneraciones de derechos, así como la relevancia de que una universidad pública brinde espacio para trabajar estas problemáticas, subrayando la importancia de integrar la formación académica con la realidad.

Quedó resonando, el valor que tiene encontrarnos en la mirada de otros, de sentir que uno fue mirado, que fue representado por estas imágenes. Se valoró también que es necesario visibilizar la construcción y disputa de una identidad individual y colectiva, que se ha ido conformando a través del tiempo gracias a nuestra capacidad de transformación.

HABITAR LAS IMÁGENES

HABITAR LAS IMÁGENES

Conversatorio

Durante los meses de junio y julio estaremos presentado la exposición fotográfica “HABITAR” en el Multiespacio de la Universidad Nacional General Sarmiento. En ese marco, hemos realizado la proyección del film que lleva el mismo nombre, y tuvimos la oportunidad de generar la mesa de diálogo “DESCENTRAR LA MIRADA” donde participaron Adriana Preste, Cooperativista del Barrio las Praderas; Pablo Vitale, Docente universitario, Co-director de ACIJ; Julia Ramos, Socióloga y gestora cultural, Parte de Ciudades Reveladas, territorios de arte e investigación y Omar Varela, Docente-Investigador ICO-UNGS, miembro de INFOHABITAT.
https://www.youtube.com/watch?v=iWf4mUC3zhw&ab_channel=ProyectoHabitar

Próximamente realizaremos un encuentro de proyecciones y conversatorio «HABITAR LAS IMÁGENES». Se trata de una invitación a conversar acerca de producciones audiovisuales que presentan el hábitat del conurbano desde distintas perspectivas: académicas, científicas, políticas o profesionales, e irrumpen visibilizando una nueva mirada desde el espesor de la espacialidad en el relato audiovisual. 

Para este encuentro hemos confirmado la participación de:

Salvando Salvatori / 2022 (Duración 11:14)

Taller de Producción Audiovisual I y II de la Licenciatura de Comunicación UNGS
Abel Arias, Fernando Mayorga, Giuliana Gonzales, Belén Tommasi, Juan Manuel Matoso y Martín Montenegro.
https://youtu.be/vaV9V8ILhQg

Los frutos del Naranjo / 2023 (Duración 9:00)

Taller de Producción Audiovisual I y II de la Licenciatura de Comunicación UNGS
Marisol Barreiro, Cuyen Herrera, Tomás Mehl, Stefano Lembo, Eugenia Loza, Cecilia Ramírez, Victoria Torres.
https://youtu.be/axnJrC5-LWQ?si=bjxf0StPxYRgNa6H

Los Pinos existe / 2023 (Duración 15:50)

De la serie «Voces de mi barrio en Quilmes», Instituto de Investigaciones Gino Germani FSOC, CONICET
Agustin Bidinost, Soledad Fernández Bouzo, Agustina Brun Tropiano, Camila Chiara, Oliver Davenport, Matías Galgano, Noelia Manso, Diego Pacheco, Maria Carla Rodríguez, Lucia Sayapin, Marina Werheimer, Maria Cecilia Zapata.
https://www.youtube.com/watch?v=GDJrvnXpRqc&ab_channel=InstitutodeInvestigacionesGinoGermani

Textiles circulares / 2023 (Duración 13 minutos)

De la serie “Eco Circular”, Agencia I+D+I. Pulsar
Sebastián Carenzo, Gabriel Díaz Córdova, Martín Locarnini
https://www.puls.ar/contenidos/economia-circular/ep-02—textiles-circulares/categoria/series/89/episodio/426

La toma del barrio Aguas Claras / 2022 (Duración 3:18)

Proyecto de vinculación con la comunidad, Mapas del encuentro ICO-IDH, UNGS
Denise Córdoba, Pablo Gullino, Eugenia Jaime.
https://mapasdelencuentro.ar/anecdotario/

Enseñaje /2014 (Duración 12:15)

Proyecto Habitar junto a equipo de Extensión Universitaria, FADU UBA
Maru Aleksandrowicz, Ricardo de Francesco, Eugenia Jaime, Gabi Jaime, Marina Mansueto, Gaby Torrent, Franciasco Plos, Teresita Sacón, Clara Zuñiga.
https://youtu.be/EmTa91FJYHc?si=vwDMtE-LeacjuHVR

Habitar / 2023 (Duración 15 minutos, fragmento)

Proyecto Habitar junto a profesoras titulares de Taller documental I y II del Instituto de Arte Cinematográfico – Avellaneda
María Laura Brandolini, Miguel M. Caamaño, Ximena González, Eugenia Jaime, Gabi Jaime,
https://youtu.be/DvTxJ_7pvIM

Modera: Laura Brandolini, Proyecto Habitar
El encuentro será el viernes 28 de junio de 18 a 21 horas, en el Multiespacio UNGS. José León Suárez 1502-1800, Los Polvorines, Provincia de Buenos Aires
 

La lucha cotidiana, a modo de homenaje.

Iniciaba la década del 80, y comenzaba a debilitarse lentamente el aparato represivo más feroz de la historia argentina. Las políticas urbanas de la dictadura alejaban a las familias trabajadoras de la posibilidad de acceder al suelo y la vivienda. Para los sectores que hegemonizaban estas políticas mercantiles, la ciudad no era un derecho, sino algo exclusivo de quien lo merecía.

Por aquellos años, en un descampado húmedo, a unas veinte cuadras de la ruta 3, un grupo de personas que llegan al lugar construyen la primera versión de sus casas. Edificaciones que se levantaron rápidamente, como suele ser en estos casos, con madera y chapas, y sobre el piso de tierra del campo en el que se montaban. Para cualquiera que no vivió este tipo de situaciones, es prácticamente imposible imaginar de que se trata el frío, la oscuridad, la desolación en la que se pasan las primeras horas, los primeros días, los primeros tiempos de estos barrios.

Quien mira con el cristal de lo privado, de la propiedad y el dinero, ve una usurpación, un acto delictivo. Desde el ojo de lo privado no hay derechos (salvo el de la propiedad privada). A pesar de que la acción de la toma de tierras y de autoconstrucción sea un acto desesperado perpetrado por quienes no tienen alternativa. Lo verán de esa manera, aunque sus constructores se encuentren luego habitando un espacio que era de todos o de nadie, o un terreno de alguien a quien le sobra, un lugar que nadie está usando.

Las casillas se van consolidando con mucho esfuerzo, con el trabajo solidario de las familias en las tardes noches, y en el fin de semana. Las encargadas del cuidado –generalmente las mujeres- sostienen los hogares y buscan el modo de que los niños puedan seguir asistiendo a las escuelas. Son desafíos altos, implican transitar cuadras de barro hasta alguna parada de un colectivo que queda lejos, para llegar a una escuela que queda aún más lejos.

Las horas transcurren en la incertidumbre y el esfuerzo de transformar ese territorio pantanoso que es la cuenca del Riachuelo. Tras los primeros días, alguien consigue traer un cable desde la ruta, van “cortando” con postes improvisados por el campo, y así, el barrio consigue un poco de luz. El agua todavía queda lejos, pero a las semanas entre todos pagan un pozo, que ubican en el lote del vecino más amable, ya que por un tiempo largo tendrá que tolerar el transito constante de vecinas y vecinos con baldes y botellones.

Más o menos así, trascurrió la historia del barrio María Elena, desarrollado a la altura del km 27 de la ruta 3, en Laferrere, partido de La Matanza. La salud, la atención médica pública, fue una de las primeras necesidades y reivindicaciones colectivas que este barrio construyó.

Así nació la salita, que como resultado del trabajo solidario se construyó durante los primeros años.

* * *

Los profesionales tenían su propio desafío. Entre los primeros, llegar hasta el barrio, y aprender a trabajar como parte de este proceso solidario. Territorios donde abunda la colaboración, y condiciona la escasez. Allí llego el Dr. Chino, hace como cuarenta años, y comenzó una historia que hoy anida en el corazón de su pueblo, y ha sido también reflejada en documentales y películas.

En el espacio de la sala también funcionó desde su origen lo que después se llamó la junta vecinal. El lugar en el que las delegadas por manzana se juntaban para organizar como mejorar el barrio con el esfuerzo conjunto, y como luchar para exigir por sus derechos a las autoridades que corresponda. En eso también fue histórico este barrio, como espacio de organización y lucha de vecinos y trabajadores.

El Chino sabía decir “no tenemos la sala que queremos, tenemos la sala que pudimos construir, que pudieron los vecinos construir”. Asi fue creciendo este espacio comunitario con el barrio. La atención de salud, la junta vecinal, el comedor y la atención comunitaria, este espacio fue siempre un lugar de intensa actividad barrial, y una referencia de construcción comunitaria.

* * *

En nuestra primera entrevista el Chino, hace ya quince años, compartió con ternura un recuerdo entrañable de la década del sesenta. “Claro que lo conocí a tu viejo, me dijo. Él hablaba en las asambleas multitudinarias en medicina cuando yo estudiaba. Por él volví a la medicina.” Resulta que el Chino militaba en el campo, con los pequeños agricultores, promoviendo la revolución en el mismo partido que mi viejo. Raúl, mi viejo, y el Chino compartían un enorme corazón revolucionario, en el sentido amplio y humano que permite ejercer el trabajo y lucha cotidiana democráticamente, integrando lo firme y lo fraternal. Con los años me di cuenta que también compartían una sonrisa enorme, y el recuerdo entrañable de quienes se cruzaron con ellos.

Es cierto que la noche de la dictadura lesionó gravemente a nuestros luchadores sobrevivientes. Sin embargo, no pudo apagar su vocación transformadora. Desde el final de aquel gobierno, ambos doctores mantuvieron e intensificaron su militancia política, sindical y social. Especialmente valiosos como demostraciones de un ejercicio creativo y coherente de sus profesiones. No casualmente hoy, las salas de salud comunitaria que ambos dirigían hasta su muerte, uno en Avellaneda, el otro en La Matanza, llevan su nombre como reflejo de su impronta en el corazón de estos barrios.

Contaba el Chino que en una ocasión, ya en los ochenta, al re encontrarse en democracia, mi viejo lo interpela para que vuelva a ejercer la medicina, como parte de una tarea que podía potenciar su militancia. Le “pasa una guardia” y lo acompaña en la vuelta a la profesión. Esto se acordaba el Chino, y lo compartía con nosotros muchos años después, entendiendo rápidamente la fuerza que la historia y los proyectos tiene en nosotros. Recuperaba con cariño una historia que nos unía fraternalmente, sin conocernos. Lo hacía en la primera entrevista que le hicimos con Eugenia, como coordinadores de un grupo de estudiantes y profesionales de la arquitectura que llegaba al María Elena a desarrollar lo que en aquel momento llamamos Consultorios de Arquitectura. Con una perspectiva muy similar a la que lo había llevado hasta ese lugar al Chino hacia muchos años, a militar por el derecho a la vivienda, a la ciudad, al territorio.

* * *

Para nuestro grupo, aquella fue una experiencia fundante, así como todo lo que aprendimos del equipo de la sala y de la junta vecinal. Para Proyecto Habitar, como se llama el colectivo de profesionales que fundamos en aquellos años, un territorio al que siempre nos es grato volver.

El equipo de la sala nos acompañó en el proceso de abordaje integral del territorio, en lo que implica la práctica de conocer las personas y sus casas, las organizaciones y sus barrios, hacerlos desde su historia y sus proyectos. Lo hicieron invitándonos a entrar a sus casas, y compartiendo también una de las experiencias más avanzadas de educación popular en salud que conoce la región. Allá por el dos mil nueve, compartimos la experiencia de formación comunitaria de agentes de salud, que hoy lleva más de treinta y cuatro ediciones, iba por su versión número diecinueve.

Así fue como en una mañana de martes, fría, del invierno de dos mil nueve, pedimos permiso para asistir a una clase del Chino. Con calidez, simpleza y profundidad, el Chino explicaba de que se trataba la cuestión de la salud. En forma y contenido, era una clase de docencia para cualquier rubro. La salud, decía, se organiza en cuatro sistemas. Está el de la salud privada, la que se compra y se vende en las clínicas. El de los trabajadores formales, que se pueden atender en las obras sociales. Esta la salud popular, la que se practica informalmente. Y esta la salud pública, que es de donde somos nosotros-refiriéndose a la sala-, a la que todos tenemos derecho. Con la misma naturalidad del trato cotidiano, pasaba un rato más tarde a hablar de los parásitos, de cómo eran, preguntando en el aula que sabían del tema, y que experiencia tenían sobre esta cuestión, para construir desde allí el conocimiento necesario y situado.

En un solo movimiento, había dado algunas referencias estructurales, y señales claras de su posicionamiento, teórico y práctico. Sobre los sistemas de salud y los derechos, sobre los conocimientos y la construcción desde el encuentro de saberes. La sala trabaja por el acceso público a la salud, como un derecho de todos. Como técnicos y profesionales, su equipo se ubicaba en un lugar de compromiso integral, consciente de estas alternativas, y eligiendo un lugar y un modo de ejercicio de la disciplina que construya un mundo de personas con iguales derechos.

En el mismo proceso, Hugo, el psicólogo social de la sala de salud, nos enseñó algunos criterios de trabajo estructurales para el ejercicio democrático de nuestras profesiones. Hugo aportó guías conceptuales profundas, como reflexionar reconociendo que los profesionales son los mejores cuadros que genera el sistema, entonces: ¿Cómo trabajar desde una perspectiva de derechos sin desnaturalizar lo aprendido? Desde esta mirada se trata de construir problemas y reflexiones a partir de un vínculo de pares, en el que la diferencia está en el conocimiento. También lo hizo en la práctica, poniendo en una mañana cualquiera de la multitudinaria sala de espera de la salita un buzón, e invitaba a los vecinos a contestar un volante que preguntaba ¿Para qué sirve un arquitecto?

Nos proponía empezar desde ahí, confrontar con la historia de nuestra profesión, su carácter de clase y la dificultad de integrar nuestras acciones a los procesos y recursos que se movilizan en estos barrios. En el mismo camino de construcción crítica y colaborativa, el Chino, Hugo y el equipo nos “derivaban” pacientes. Personas que tenían en sus casas problemas que acentuaban o eran parte de los factores que generan enfermedades eran entonces quienes llegaban a nuestro consultorio. Nuevamente, el desafío de construir un plan de problematización y proyección de un espacio más adecuado para la vida en salud, con sus pobladores, en el desarrollo de su vida cotidiana.

* * *

Más de una década después, nos encontramos en la sala junto a su equipo y a la junta vecinal trabajando desde una perspectiva de derechos. Seguimos compartiendo la tarea de construir un modo de trato social en el que la colaboración y la solidaridad guíen el encuentro, construyan la casa, el barrio, la ciudad y el territorio.

En la arquitectura y el urbanismo, como contaba el Chino en el curso, también como profesionales comprometidos elegimos cómo y con quienes trabajar. La producción urbana tiene, como la salud, distintos modos y sentidos. La vivienda y la ciudad también pueden entenderse como resueltas por distintos sistemas.

En algunos casos, las casas son cosas. Mercancías que se ubican en barrios privados o en torres, en algún lugar que puedan ser vendidas a buen precio. Ahí la ciudad es también una cosa que se compra y se vende.

A veces, los gobiernos, por distintos motivos también construyen casas como cosas, como objetos de las góndolas. Al principio, generalmente, esas no se compran ni se venden. Aunque son otorgadas a personas que lo necesitan, en general nadie las elige, sino que son un modo de vivir bajo techo y a resguardo de la lluvia, en la mayoría de los casos lejos del centro.

En algunos casos, como en el barrio María Elena, los pobladores se organizan y con su trabajo construyen sus casas y su barrio. Estos procesos tienen la paradoja de sostenerse prevalentemente en valores humanos como la solidaridad o la colaboración, y el mismo tiempo ser los que más padecen las injusticias. En general, durante su desarrollo, los pobladores construyen lazos de solidaridad y colaboración para todas las tareas. Durante el trabajo de la producción para conseguir materiales, edificar y movilizarse. También para las tareas de la reproducción, se generan lazos sociales que se construyen cuando colaboran cotidianamente en los cuidados, en la salud, la educación. Al mismo tiempo, son los territorios en los que se padecen las desigualdades que en otros territorios se disfrutan. Barrios donde tener agua potable, o cualquier otro servicio básico adecuado resulta siempre el logro final de una larga lucha colectiva.

Nosotros, como el Chino, queremos trabajar en procesos de construcción de vivienda y ciudad en los que la solidaridad y la colaboración sea una guía. No hay barrios populares, salas de salud ni Proyecto Habitar sin construcción colectiva. No hay historia del Chino sin el equipo de trabajo de la sala, no hay Chino sin el apoyo de Mónica, la histórica enfermera de la sala; sin Jorge, ese colega que siempre lo acompaño con igual compromiso en la coincidencia y la disidencia; sin Nuria, esa referente barrial que siempre sostuvo la tarea, sin Hugo, el psicólogo social que hasta hoy continua la ardua tarea de dirigir la sala manteniendo este horizonte de sentido. En ellos y ellas, tantos otros. De esta manera seguimos trabajando con la coherencia que aprendimos en estos territorios, así seguimos en la senda que compartimos desde el primer día que nos cruzamos con él, en aquel reportaje. En la tarea que hoy llevamos adelante con el equipo de la sala, y la junta vecinal, que sigue promoviendo un espacio de un encuentro inclusivo y democrático; y el acceso de todos sus pobladores al derecho a la vivienda, a la ciudad, al territorio.

Ese es nuestro homenaje más profundo al Chino, y a todos y todas los luchadores. Seguir la tarea cotidiana que construye el mundo que queremos y necesitamos.

Julián Salvarredy. Proyecto Habitar, junio de 2023

 

Relevamiento de Proyecto Habitar y el equipo de la junta vecinal, 2023.

Taller y homenaje al Chino, 2023.

Relevamiento de Proyecto Habitar y el equipo de la junta vecinal, 2023.

Dr. Nestor «Chino» Olvieri, atendiendo en la toma de Abasto.

Dr. Raúl Salvarredy en la sala de salud, 1993.

Configuraciones espaciales y género. Una aproximación a los elementos urbanos desde la perspectiva de género

Este artículo forma parte de la publicación N° 52: Dossier “Género y Ciudad” organizado por Mundo Urbano y Urbared

Accesible en: https://onx.la/b5574

Resumen:

En el presente texto, se abordará la relación entre las actividades cotidianas productivas y reproductivas que se desarrollan en el espacio de la vivienda y extramuros y las configuraciones de los elementos urbanos, desde la perspectiva de género. Se transitará por la espacialización de la desigualdad social que oprime al género femenino a través de la lectura de la distribución y organización espacial en relación con las prácticas sociales de las mujeres. Este análisis forma parte de una investigación que tiene por objetivo general, desarrollar las reglas del sistema de producción urbana formal que definen las configuraciones de la edificación autoconstruida en los barrios informales. Para abordar dicho estudio se obtuvo como fuente de información, las entrevistas, los relevamientos y los talleres colectivos registrados durante el proceso de “consultorios de atención primaria de hábitat” desarrollados durante los años 2012, 2013 y 2014 por equipos de Proyecto Habitar en el barrio autoconstruido informal “Un Techo Para Todos”, ubicado en Ciudad Evita, La Matanza. Los principales resultados que se pretenden exponer son las primeras aproximaciones a la identificación y caracterización de las problemáticas que se leen en el espacio cotidiano de la vivienda en base a la relación propuesta.

EL SENTIDO SOCIAL DEL ESPACIO PÚBLICO. Encuentro con estudiantes de arquitectura para la proyección de tácticas urbanas

 

El lunes 16 y martes 17 de mayo volvimos a compartir el espacio de enseñanza aprendizaje sobre TÁCTICAS PARA EL ESPACIO PÚBLICO invitades por el taller ARQUITECTURA 3C de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba.

Coordinado por Viviana Colautti, el seminario trató sobre tácticas para el espacio público, promoviendo que les estudiantes de arquitectura discutan el programa y las formas de materialización para favorecer el encuentro entre habitantes del barrio Alta Córdoba (sector donde vienen desarrollando los ejercicios).

Desde Proyecto Habitar expusimos los lineamientos que guían el trabajo en curso de tácticas urbanas para transformar las condiciones de movilidad cotidiana desde la perspectiva del derecho a la ciudad en el marco de la actualización del Plan de Movilidad Urbana Sustentable y formulación de Estrategias de Movilidad en el Área Central para la Ciudad de Córdoba.

Profundizando en la redistribución territorial de las infraestructuras para la vida cotidiana desde una perspectiva de cuidados considerando la diversidad de usos y prestando especial atención a los movimientos de los actores sociales involucrados en la movilidad que históricamente han sido excluidos de los derechos urbanos y requieren mejoras en su movilidad cotidiana.

Nos referimos específicamente a les trabajadores que desarrollan su práctica en el espacio público, como les vendedores ambulantes, trabajadoras sexuales, feriantes, recolectores y a les jóvenes, adolescentes, personas en situación de discapacidad, infancias, personas en situación de calle, adultes mayores y responsables de tareas de cuidado.

Primeramente, les estudiantes identificaron las actividades productivas y reproductivas que reúnen a la población del barrio Alta Córdoba, luego, trabajaron intensamente en acciones tácticas que potencien desde la arquitectura aquellas que promueven la participación en la mejora del espacio.

Al cierre de la jornada, resultó revelador observar en los trabajos que se presentaron, la consideración del disfrute del encuentro con otres para proyectar las acciones en el espacio público, poniendo en debate la perspectiva productivista que tradicionalmente ordena las trasformaciones urbanas. A su vez, algunos grupos rompieron la barrera de la línea municipal proyectando recorridos que atraviesan por el interior de las manzanas para favorecer el uso del rio Suquia, el parque de ribera, la calle y los puentes. Estas propuestas resignifican los límites establecidos entre el binomio público y privado y favorecen la redistribución de los recursos urbanos.

Por último, resaltamos la incorporación de la transformación progresiva, que algunos trabajos incorporaron con propuestas de acciones efímeras que permitieran verificar la apropiación de la población de la propuesta, saliéndose de la definición inmutable y abierta al aprendizaje sobre el impacto social logrado.

El encuentro permitió conocer la perspectiva de les estudiantes sobre el espacio urbano que transitan cotidianamente y proyectar desde allí acciones hacia una transformación que les incluye, poniendo en práctica la exposición y la escucha de múltiples perspectivas que orientan el sentido social del espacio público y por tanto, de la ciudad.   

Mayo 2022

Mansueto Clara en Proyecto Habitar

 

Seminario taller «TÁCTICAS PARA EL ESPACIO PÚBLICO»

Autora: Arq. Clara Mansueto

 

Un encuentro provocado para debatir sobre proyectos que favorezcan el derecho a la ciudad

El equipo docente del taller de ARQUITECTURA 3C de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba nos invitó a un equipo de arquitectes y urbanistas de Proyecto Habitar a participar del seminario taller “TÁCTICAS PARA EL ESPACIO PÚBLICO, Acciones proyectuales para barrio Güemes”.

Docentes y estudiantes compartimos durante dos días el taller con la intensión de reflexionar sobre los problemas cotidianos del espacio público en el Barrio Güemes. La invitación del seminario era a desarrollar propuestas de urbanismo y gestión a pequeña escala, bajo una lógica experimental, gradual y de socialización constante, comprendiendo los proyectos como tácticas en relación a una estrategia.

Durante el primer día se trabajó en base a un ejercicio de mapeo del sector ordenado por dimensiones, incitando a la identificación de problemáticas. Esta instancia favoreció la discusión sobre las necesidades de les habitantes, múltiples y diversas en relación con el contexto de desigualdad urbana en el que desarrollan su vida.

Luego, les estudiantes por equipos, proyectaron trasformaciones de las condiciones espaciales urbanas. En los trabajos presentados se identifica una mirada atenta a las prácticas barriales que se están desarrollando, resaltando las acciones que provocan el encuentro tales como las murgas, el arte callejero, las ferias artesanales el juego en las plazas y los deportes urbanos.  

La reunión confirma la importancia de discutir sobre el sentido social que guía el proyecto urbano y arquitectónico y la multiplicidad de formas que tenemos a nuestro alcance para provocar el encuentro. ¡Gracias estudiantes, docentes y coordinadores del taller de A3 de la Facultad de Arquitectura de Córdoba por la invitación a formar parte del proceso!

Pasantía 2020: La perspectiva integral en la construccion de una formación hacia el derecho a la ciudad

Autores: Ezequiel Biagioni y Cecilia Maggi

 

Durante septiembre y octubre llevamos a cabo la Pasantía Plataforma por el Derecho a la Ciudad, un proceso de enseñanza – aprendizaje junto a más de 100 estudiantes de distintas carreras vinculadas al hábitat. Los mismos pertenecían a diversas universidades nacionales del Área Metropolitana de Buenos Aires: FADU-UBA, Universidad de General Sarmiento, Universidad Nacional de La Matanza, Universidad nacional de Avellaneda, Universidad San Martin, Universidad Nacional de Lanús, Universidad Nacional de Moreno, Universidad Nacional de La Plata, y la Universidad Nacional de José C. Paz.

Rediseñar la propuesta de formación este año implicó un desafío diferente. El contexto de aislamiento social preventivo y obligatorio, nos obligó a atravesar el proceso de enseñanza y aprendizaje sin compartir el espacio del aula, sin realizar visitas a los territorios. Sin embargo, el objetivo profundo de transformación de nuestra profesión hacia una socialmente valiosa sigue siendo el motor que impulsa ese rediseño.

Este año entonces, pudimos trabajar con les estudiantes y les pobladores, promoviendo relaciones de proximidad restituyendo la historia de trabajo conjunto y repensando críticamente los espacios de la ciudad. Nos encontramos en talleres y foros virtuales; realizamos relevamientos a partir de herramientas digitales, observando las condiciones físicas del espacio, e incorporamos la dimensión social llevando a cabo 30 entrevistas por video llamada a les pobladores del territorio, con la perspectiva de profundizar en el análisis e incorporar la experiencia cotidiana de las personas en la construcción de su hábitat.

Trabajamos en el proyecto de investigación Plataforma por el Derecho a la Ciudad, en la construcción de datos concretos de las condiciones espaciales del AMBA, con la intención de realizar un aporte al registro de la gestión participativa de las trasformaciones en la producción urbana. En ese sentido, nuestro objetivo fue aproximarnos, desde una perspectiva relacional, a comprender algunos aspectos de la desigualdad urbana, enfocándonos en las manifestaciones físicas y sociales que se producen en los espacios de esparcimiento de los territorios de Lomas de Zamora y Malvinas Argentinas.

Desde el colectivo Proyecto Habitar entendemos que es relevante incorporar la perspectiva integral del hábitat a la formación de les futuros profesionales, estudiantes de arquitectura y urbanismo, otorgándole el lugar central que requiere en las instituciones académicas. Poner en valor las propuestas pedagógicas que reconozcan las dinámicas territoriales, que contemplen la producción social del hábitat y los procesos sociales, para trascender la descontextualización y la formación acrítica que reproduce la injusta desigualdad espacial. Desde las prácticas de formación, es necesario participar activamente en los procesos de transformación urbana con aportes específicos, reflexionando sobre los procesos de manera democrática y situada, trabajando colectivamente en la construcción de herramientas disciplinares para revertir las condiciones desiguales del territorio, hacia el derecho a la ciudad.

La táctica que se vuelve estrategia. Para la arquitectura informal, formación informal

Autor: Julián Salvarredy

 

Este texto pretende reflexionar sobre la necesidad de revertir una sostenida y extendida tendencia a considerar y consolidar como los lugares alternativos, marginales, accesorios a los espacios que las instituciones ofrecen o definen para la formación integral de arquitectos y arquitectas. Lo estructural continúa siendo la formación acrítica de profesionales descontextualizados y técnicamente hábiles para resolver procedimientos sin problematizar sobre su sentido, actores o dinámicas territoriales.

 Se trata de observar lo principal de esta situación, más allá de reconocer complejidades o matices, visibilizar una cuestión estructural, que es la persistencia en el ámbito académico de la opresión de este tipo de perspectivas. Más allá de haber aprendido a reconocer lo que sí se logra y lo que hemos podido construir, proponer una reflexión que pretende aportar a que esa capacidad no termine deformando nuestra acción de un modo que se vuelva absolutamente contradictorio con el propósito que la moviliza.

 

 

La arquitectura en la producción urbana es una perspectiva integral, no es la arquitectura para pobres.

El debate sobre el sentido de nuestras profesiones, no puede ser un debate marginal o deliberadamente empantanado en el ámbito universitario. La perspectiva integral de la arquitectura en la producción urbana registra la existencia de los barrios populares, de la informalidad urbana; es un error suponer que es su objeto de estudio. Por el contrario, la perspectiva relacional de las dinámicas territoriales permite visibilizarla como parte de los espacios en los que se desarrolla la vida, de una producción urbana que requiere de su existencia y define en un contexto desigual su localización, y su capacidad o no de realizar el derecho a la ciudad o la vivienda.

La estructura académica de las universidades públicas tiene en los cogobiernos un valioso ámbito de participación de profesores, graduades y estudiantes. También la proporción y reglas en las que se desenvuelven estos gobiernos, así como sus circuitos administrativos y presupuestarios se consolidan como resortes de quienes en definitiva tienden a reproducir los aspectos estructurales de sus disciplinas.

Los sectores más conservadores del sistema han logrado dominar los hilos del cogobierno de un modo que les permite, en líneas generales, sostener perfiles profesionales dominantes, que formen trabajadores aptos para reproducir lo que las corporaciones de cada disciplina necesita.

En este contexto, es habitual relegar las propuestas que conciben a la arquitectura como parte de una producción urbana que contiene lo formal e informal como una totalidad a lugares marginales como asignaturas no reconocidas, pasantías sociales, prácticas preprofesionales voluntarias, experiencias alternativas, posgrados especializados.

Es profundamente contradictorio hacer del acceso a estos espacios académicos, que se logran como resultado de una injusta relación política, el punto de llegada. Es necesario estar atentos a cuanta energía demanda la burocracia de la marginalidad y nos aleja de los propósitos principales de nuestra acción. De la formación integral de profesionales que promuevan un territorio más justo y democrática.

La arquitectura es en contextos de desigualdad, no debe limitarse a un sector

Pensar que trabajar la cuestión de la desigualdad es un tema es, desde un punto de vista de cualquier racionalidad bienintencionada, un error, y desde quienes pretendemos transformar esa desigualdad, contradictorio. En Latinoamérica, el hábitat autoconstruido, o autogestionado por fuera de las formas hegemónicas, constituye entre el 12 y el 60% del total de nuestras ciudades. Por otra parte, cabe preguntarse, en la ciudad que se autodenomina formal, cuanto de lo diseñado queda para un pensamiento crítico, creativo, y cuanto esta predeterminado por las condiciones formales, estéticas y funcionales del mercado.

Hasta qué punto podemos seguir aceptando la marginalidad los arquitectos y arquitectas que durante muchos años promovemos una reconstrucción crítica de nuestra identidad, del rol que ocupamos en nuestra historia, de la relevancia de repensar la producción arquitectónica y urbana para poder revertir la reproducción sistemática de la desigualdad y la injusticia territorial.

Claramente, frente a la inercia sistemática de un aparato burocrático y poderoso como las grandes universidades nacionales, no se trata de una tarea sencilla, ni exclusiva de las disciplinas. Pero esto no puede ser excusa para aceptar y naturalizar los espacios alternativos que aparecen como lugares marginales en las universidades. Y que, por otra parte, funcionan como la decoración necesaria del escenario democrático.  

La posibilidad de transformar instituciones como la universidad está atada a la posibilidad de promover la transformación del territorio de las organizaciones sociales, populares, territoriales. Desde la acción conjunta se construye tanto el saber, como las articulaciones que promueven crecer en todos los ámbitos.

La enseñanza de la arquitectura debe ser en la producción urbana, no una especialización de posgrado.

 Por otra parte, el sentido de la profesión no es un tema menor, porque en su debate se integran también la forma de organización de los gobiernos de las casas de estudio, y también sus contenidos y métodos. La verdadera heterogeneidad de perfiles podrá ser un primer gran triunfo, pero observado en profundidad, si este desarrollo heterogéneo no alcanza todas las dimensiones de la formación nacerá mutilado. No se trata de un reclamo de cupos, no alcanza con la impronta cuantitativa, no es posible comenzar un debate profundo resignando aspectos relevantes como estos.

La práctica de la arquitectura es social, es urbana, por lo tanto, su comprensión integral no puede ser para les estudiantes una experiencia alternativa, distinta o turística.

En este sentido, la construcción de propuestas, los debates y las acciones, no deben abandonar la centralidad de la formación de grado. Las cátedras feudo, les docentes precarizados, el trabajo voluntario, les estudiantes maltratados, las desigualdades y opresiones de clase y género no son accesorios o males colaterales, son consecuencias necesarias de la reproducción sistemática de profesionales acríticos. Son parte de la domesticación que hace falta para sostener el trabajo alienado que construye una y otra vez territorios injustos. Los contenidos y métodos necesarios para formar profesionales que comprendan la unidad de lo productivo y reproductivo, lo formal e informal, que sean capaces de comprender el entramado de relaciones en el que se desenvuelve la práctica de transformación del espacio.

CONCURSO HÁBITATS EMERGENTES: LA PROBLEMATICA DEL HÁBITAT Y LAS UNIVERSIDADES

Autoras: Daiana Boggio y Victoria Mansilla. Colaborador: Ezequiel Biagioni, arq.

 

La iniciativa de participar en el Concurso Nacional de Ideas Hábitats Emergentes surgió desde les estudiantes. Un grupo heterogéneo, no sólo porque unes eramos arquitectes y otres urbanistas, sino también porque estamos realizando nuestros estudios en distintas universidades del Área Metropolitana de Buenos Aires. El concurso era para nosotres una oportunidad para pensar junto a profesionales los problemas y los proyectos necesarios para mejorar las condiciones de vida de la población.

Nos enfrentamos a la dificultad de comprender el contexto en el cual se desarrolla la vida cotidiana de nuestros compatriotas. Teníamos que resolver cuestiones técnicas que dependiendo de la región se volvía un problema político más o menos relevante. Las diversas características climáticas, de relieve, de cercanía a los arroyos, las costumbres locales, fueron algunas de las cuestiones que nos permitieron conocer las particularidades de cada territorio, y acercarnos a la construcción de una propuesta situada de gestión democrática y colectiva del hábitat.

Como en todo proceso de aprendizaje hubo que cortar para presentar resultados. No ganamos pero eso no quita los hallazgos del camino transitado.

¿CÓMO APRENDIMOS?

Comprendimos que para proyectar las viviendas de manera tal que posibiliten una vida saludable, tanto en lo individual y colectivo, es importante partir de lo cotidiano. Propusimos espacios que logren adaptarse a las particularidades de las diferentes acciones que se darían en la vivienda y en el barrio donde se inserten, entendiendo al encuentro y la gestión compartida en las tareas cotidianas como una situación clave para generar vínculos. Nos resultó relevante contemplar la heterogeneidad de la organización social para incorporar la perspectiva inclusiva y de géneros, donde pudimos pensarlo en los distintos espacios y elementos que comprenden a la vivienda.

Para la materialización del proyecto entendimos importante enfocarnos en promover una gestión compartida, en la promoción de los conocimientos populares y técnico profesionales. Promover la articulación de los diversos actores, de manera tal de involucrar los recursos propios del territorio, ya sean empresas estatales, universidades y/o cooperativas de trabajo. De este modo comprendimos que como estudiantes y profesionales somos parte del problema, así como parte del proyecto transformador.

¿Y AHORA?

Participar del concurso resultó una experiencia enriquecedora para poder conocernos y pensar los problemas existentes en nuestro territorio. Nos permitió entender que es necesaria una transformación profunda tanto en el modo de producir, como en el modo de enseñar y de aprender arquitectura y urbanismo.

Entendemos que para seguir transformando la realidad es necesario repensarnos como estudiantes y como profesionales, repensar la universidad y las instituciones que rigen nuestra profesión. Es necesario  el trabajo colectivo, que nos permita transformar los programas de las universidades, para que incorporen los problemas de hoy, que nos permitan pensar los espacios desde la cotidianeidad, la pluralidad de voces y disciplinas. Nos parece importante incluir estos propósitos en las universidades para poder llevar a cabo nuestra formación de arquitectes y urbanistas como articuladores sociales con saberes técnicos, que nos permita proyectar el hábitat y la ciudad que pueda incluirnos a todes.

   

Arquitectura comunitaria ¿Qué es?

Autor: Julian Salvarredy

Reflexiones en un encuentro latinoamericano por la igualdad y la justicia territorial [1]

 

En ese sentido, es importante retomar algunos hitos del proceso histórico de estos encuentros, que ya van por 10 años, ya que el significado del término arquitectura comunitaria anida, para los que participamos de los distintos Encuentros Latinoamericanos de Arquitectura Comunitaria (ELAC), en el proceso colectivo de construcción conjunta de un espacio regional de unidad y acción transformadora para los profesionales del hábitat.

¿Qué reúne históricamente a les interesades en este encuentro? Nos reúne una voluntad de acción transformadora frente a una realidad desigual e injusta. Nos reúne nuestra identidad, nuestro carácter de trabajadores especializados, de profesionales de la arquitectura y el urbanismo.

Estos encuentros comienzan en el año 2010, con motivo del cumplimiento de la primera década de los arquitectos de la comunidad del Uruguay, las arquitectas de la comunidad de Uruguay tuvieron la feliz idea de organizar en Montevideo el primer Encuentro Latinoamericano de Arquitectos de la Comunidad. Tenía protagonistas invitades de la región latinoamericana, y también de otros continentes. En aquel momento fuimos invitados como coordinadores de un proyecto de extensión que dirigíamos junto con Eugenia Jaime, y que era el de “Consultorios de Arquitectura de la Comunidad”. Se presentaron allí experiencias diversas, que en su mayoría daban cuenta de procesos y proyectos arquitectónicos en el hábitat popular junto a organizaciones territoriales. Al finalizar el encuentro nuestro equipo propuso promover un segundo ELAC, y que fuera en Buenos Aires. Se debatió en asamblea, se aprobó, y a partir de ese momento nació el II ELAC, y con él los encuentros como un dinámica regional que continúa creciendo.

 


Foto izq: En la escalinata de la Universidad, al finalizar el I ELAC. (2010). Foto dcha: II ELAC. La Plata, 2012. Foto: Miguel Caamaño

 

En esos años se gestó también Proyecto Habitar (PH) como propuesta de ejercicio profesional, promovida por parte del grupo que realizaba aquellos Consultorios como proyecto de extensión, y con otres que se fueron sumando a la iniciativa. Pretendía trascender la actividad académica, continuar en la docencia y la investigación, sin abandonar como objetivo una práctica profesional territorial y colectiva vinculada a estos procesos de lucha social por transformar el hábitat. Para ese entonces el equipo participaba de procesos diversos, que excedían ampliamente el dispositivo de consultorios de arquitectura, abordando todas las escalas y temas de la arquitectura y el urbanismo, pero siempre desde una perspectiva transformadora. Proyecto Habitar ha cumplido también más de una década. En ese sentido, la historia de los ELAC se entrelaza con la de PH en el tiempo.

Continuando con la historia de los ELAC, como modo de reflexionar sobre el sentido de la arquitectura comunitaria, resulta apropiado detenerse un momento en 2012. Se trató de un evento muy importante, que reunió en Buenos Aires y en La Plata, las dos facultades más importantes del país[2], a profesionales de toda la región, y que contó con una presencia masiva de estudiantes.

 

Asamblea del Sábado en La Plata. El pizarrón con el registro de la alternativas que se iban proponiendo. II ELAC 2012. Foto: Miguel Caamaño

 

Uno días antes del II Encuentro Latinoamericano de Arquitectos de la Comunidad, llega al comité organizador el aviso de que el término “arquitectos de la comunidad” no podía ser utilizado. La persona que lo había registrado comercialmente afirmaba que sólo podían utilizarlo los que seguían su método, intimando a cambiar el nombre del encuentro. Luego de un ardua negociación, el acuerdo fue a favor de una medida intermedia, que daba una oportunidad a la reconstrucción colectiva. Aquel segundo encuentro podía ser llamado de “Arquitectos de la Comunidad”, pero en la asamblea de cierre, debía tratarse el cambio de nombre. Así fue como, en el segundo ELAC, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata, en una histórica asamblea de 300 estudiantes y profesionales, y luego de un debate encendido, consensuamos que la convocatoria para el III ELAC sería al tercer Encuentro Latinoamericano de Arquitectura Comunitaria.

Así nació el concepto “Arquitectura Comunitaria” que reúne estos encuentros. Fue un ejercicio de debate epistemológico en el que todos aportaban desde sus trayectorias y perspectivas. Se resolvió como un modo de superar debates menores, quizás mezquinos, a favor de construcciones amplias, democráticas y colectivas. Entre los argumentos que se presentaron, quedaba claro que no se trataba de un método, ni era propiedad de nadie. Que el carácter comunitario de la arquitectura era un modo de calificar un proceso social, colectivo, que admitía incluso procesos interdisciplinarios e intersectoriales. No se buscaba recortar, sino ampliar, en el mismo camino de unidad y acción transformadora que promovía el encuentro.

Desde aquel encuentro de 2012, se intercalaron en Argentina también Encuentros Nacionales. Así fue como, con un gran esfuerzo militante de diversos grupos del país y la región, pudieron realizarse el ENAC 2013 en Tucumán (Arg.), el ELAC 2014 en Caracas (Ven.), el ENAC 2015 en Chaco (Arg.), ENAC 2017 en Santa Fe (Arg.), el ELAC 2018 en La Plata (Arg.), y el ENAC 2019 en Buenos Aires (Arg.).

 

 

De izq a dcha: Tucuman 2013, Caracas 2014, Chaco 2015, Rosario 2017

 

¿Por qué es necesario el registro de esta historia? Porque es central para orientar el debate sobre el sentido del término conocer en qué proceso y desde que perspectiva entendemos la noción de arquitectura comunitaria.

Arquitectura comunitaria es un concepto que concentra un proceso de construcción colectiva de una perspectiva integral de la arquitectura, de la práctica y la teoría arquitectónica comprendida como parte de los procesos de transformación territorial, que desde una noción situada pretende direccionar su acción a favor de un territorio más justo y democrático. A partir de este acuerdo sentido, que es una propuesta de unidad y acción transformadora, el carácter de los retos no encuentra límites temáticos, sino políticos, porque es necesario reconstruir el sentido de nuestra profesión, y con el carácter los métodos y contenidos de nuestra formación en su conjunto.

Desde este punto de vista, es una definición de sentido social, por lo tanto, es una definición de las características del trabajo, que impacta en la teoría. En el mismo sentido, es determinante de los objetivos, contenidos, recursos y actividades de la formación.

Arquitectura comunitaria puede ser una especialidad, desde el punto de vista que fue gestada en los ELAC no es solo eso. Porque no incide sobre un aspecto del trabajo de les arquitectes sino sobre la totalidad de los trabajos. En el mismo sentido, puede ser un tema, ser un perfil, desde nuestro punto de vista no es solo eso.  Porque no hay un tema de la práctica arquitectónica que pueda prescindir del conocimiento y el compromiso que surge de la conciencia del contexto injusto y desigual en el que se produce la transformación del espacio arquitectónico y urbano.

El debate y los desafíos de la arquitectura comunitaria son también integrales. Es el debate sobre la transformación que debe producirse en nuestro territorio y que profesionales requiere. Sobre la necesidad de comprender el carácter relacional de los procesos y los proyectos arquitectónicos y urbanos, en los que el sistema social-económico-productivo determina la configuración territorial y urbana, y que a la vez en un proceso dialectico, complejo, continuo, es incidido por esta. Los encuentros que promueven el debate sobre la arquitectura comunitaria se han propuesto históricamente, en definitiva, promover la formación y el desarrollo profesional en condiciones dignas de profesionales capaces de aportar en el sitio y el tiempo que les toca las transformaciones territoriales necesarias, que comprendan el modo de alcanzar proyectos y procesos democráticos que construyan una ciudad más justa e igualitaria.

 

 

[1] Este texto fue preparado para un conversatorio en el contexto de una serie de encuentros, de valiosos espacios de dialogo en vistas al V Encuentro Latinoamericano de Arquitectura Comunitaria – MEXICO 2021. Se propone en esta oportunidad trabajar sobre los “retos para los centros universitarios” como parte de los dilemas que nos presenta esta pandemia, como un modo de caminar en conjunto rumbo al V Encuentro Latinoamericano de Arquitectura Comunitaria. Los diálogos anteriores han presentado la relevancia de trabajar sobre los horizontes epistemológicos de la arquitectura comunitaria, y es importante retomar esta noción para poder identificar con certeza los retos que nos presenta la actualidad en la formación de profesionales del hábitat.

[2] Puede encontrarse la nota que resume la jornada de cierre en: https://www.facebook.com/notes/proyecto-habitar/encuentro-latinoamericano-de-arquitectos-elac-2012-jornada-de-cierre-primer-borr/403784916369151

Profesionales del hábitat: una propuesta transformadora

Autora: Teresita Sacón. Colaboradoras/es: Agustina Capasso, Florencia Giorno, Gastón Janza y Maité Ugalde

 

El pasado 17 de mayo, estudiantes, arquitectes y urbanistas, nos reunimos a conversar sobre el rol social de les profesionales del hábitat. Una discusión histórica, que nos reúne a quienes conformamos Proyecto Habitar, y que requiere a la luz de esta crisis, una nueva revisión que nos permita proyectar lo que sigue.

Abrió el debate Julián Salvarredy, quien describió el lugar de les arqutiectes y urbanistas en el proceso histórico de territorialización de la desigualdad. Una descripción que permitió desnaturalizar las reglas construidas socialmente. Nos invitó a pensar y a reconocer el rol que construimos como profesionales, en qué realidad y qué vamos a hacer con eso.

Una vez que se observan las injusticias y sus reglas, no hay más que trabajar para transformar la realidad. No hay posibilidades de hacer como que no existen, no hay posibilidades de trabajar como arquitecta, como urbanista o como profesional del hábitat, de manera indiferente frente a las injusticias socioterritoriales. No podemos ser cómplices de esto.

La arquitectura no es una cuestión congelada como si fuera algo que viene de la naturaleza, externo al orden social, sino que es una construcción social que hacemos en disputa y en relación a las relaciones de poder y los intereses, en función de lo que queremos que suceda.”

Luego Eugenia Jaime profundizó en la institucionalización de ésta práctica social, el rol de las universidades y las instituciones que regulan estas profesiones. Nos invitó a reflexionar sobre las luchas sociales, lo que hoy nos permite ver ese avance en la estructura de derechos y los próximos desafíos para mejorar las condiciones de les profesionales y del hábitat:

“La estructura de derechos que hemos alcanzado ha logrado visibilizar en parte estas injusticias, si aún no se logra juzgarlas es porque en la vida cotidiana millones de personas viven en absoluto desconocimiento de estos derechos institucionalizados y solo cuentan con sus esfuerzos para reproducirse y producir en un mundo tremendamente desigual.”

 “El rol profesional está signado por un grupo de instituciones que custodian y que hacen que los profesionales colaboremos, o por lo menos no estorbemos, al desarrollo del sistema de relaciones que les da origen, el sistema capitalista.”

 “El estado donde se concentra el monopolio de la fuerza y la represión que utiliza para garantizar los derechos de todes, funciona para garantizar el derecho de una minoría y les profesionales realizamos un ejercicio profesional bajo los lineamientos de un rol profesional que no se corresponde con nuestras ideas transformadoras y que requiere que lo construyamos con otres más allá de nuestra individualidad. Estamos formados para reproducir la desigualdad, entonces no logramos ser parte de un estado cuya fuerza ser garantizar los derechos.”

“La práctica que ustedes han hecho en los territorios junto a las organizaciones sociales, construyendo o no los proyectos tiene que ser la razón para formarnos, no la excusa para contactarnos con personas reales. Se escucha mucho en las universidades que lo importante de ir al territorio es el contacto con personas reales. Ir al territorio tiene que ser para estar junto a las organizaciones sociales construyendo o no proyecto, y eso nos tiene que formar en esa nueva relación y no usar la relación para tener un cliente de verdad.Las entrevistas a la comunidad son para hacer una restitución histórica de la lucha de los más, de los que en realidad están trabajando por transformar el espacio urbano, no para ponerle nombres y caras a los pobres.

Finalmente Ricardo De Francesco expuso sobre el proyecto de ley de Acompañamiento Técnico Profesional y Público como una forma de transformar el modo de ejercicio profesional hegemónico, hacia su universalización:

Se trata de incluir a les otres como parte sustantiva en la construcción de una obra social, condiciones fundamentales para producir transformaciones sociales estructurales

Desde esta opción promovemos el desarrollo de acciones hacia la transformación de las condiciones de desigualdad, que posibiliten generar cambios trascendentes en las reglas sociales establecidas. Esta es la opción que acordamos llevar adelante en este colectivo.”

Trascenderse a uno mismo, trascenderse como grupo, para ir hacia esos cambios sociales, implica promover las ideas que aparecen como universales (o universalizables), necesarias e impostergables socialmente. En nuestra condición como profesionales, y desde la experiencia de los 10 años de este colectivo, pretendemos universalizar el acceso a los conocimientos disciplinares como una opción para transformar las reglas que impiden desarrollar tratos sociales más valiosos

La conversación se constituyó como una invitación a transformar el rol profesional, la arquitectura y las reglas de nuestra profesión que profundizan la desigualdad. Una invitación a  avanzar en la universalización de los derechos. Una invitación a seguir pensando ¿Cómo hacer arquitectura, teniendo la conciencia social de que al mundo hay que transformarlo?

 

 

PERSPECTIVA DE GÉNEROS. El rol de la universidad y las políticas.

Esp. Clara Mansueto 

 

La convocatoria al inicio de la séptima edición de la Diplomatura en “Géneros, políticas y participación” de la Universidad Nacional de General Sarmiento, recordaba los primeros pasos de la propuestas por el año 2014 con la invitación de Dora Barrancos “a pensarnos como parte de una genealogía abierta y huidiza de las pretensiones fundantes; de una forma de hacer ciencia no predictiva ni finalista, más bien hermanada con la inteligibilidad colectiva”. Esta perspectiva, histórica y con base en la lucha colectiva recorrió la jornada junto con los reconocimientos sobre lo logrado en estos 7 años y las urgentes demandas que evidencian la sostenida desigualdad.

Se trató de una mesa de diálogo presentada por Marisa Fournier, responsable de la diplomatura, con la participación de Andrea Catenazzi, Decana del Instituto del Conurbano; Pablo Bonaldi, Rector de la Universidad; Cecilia Checha Merchán Salvatori, Secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad y Alba Rueda, Subsecretaria de Políticas de Diversidad, ambas del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.

Marisa Fournier abrió la jornada celebrando la presencia de dos representantes del ministerio recientemente creado, recuperando este hecho como un acontecimiento anhelado desde los inicios de la diplomatura. Continuaron las exposiciones sobre el rol de la universidad frente a la desigualdad de géneros, las políticas adoptadas y los cambios favorecidos hasta la fecha.

Se festejaron las trasformaciones como logros de una larga lucha feminista que la universidad acompañó, y se mencionó la necesidad de continuar trabajando para que la perspectiva de géneros atraviese la formación universitaria en su totalidad y promueva nuevas hipótesis que favorezcan la investigación científica situada en los problemas de la sociedad.

Las interpelaciones de la comunidad travesti en el debate resultaron fundamentales para pensar la compleja trama de desigualdades que se interseccionan, persisten y requieren políticas públicas transformadoras. En ese sentido, desde la diplomatura se pusieron a disposición los proyectos trabajados a lo largo de 6 años para acompañar con propuestas de gestión pública la tarea que el ministerio tiene por delante.

La jornada significó un espacio para la reflexión sobre lo logrado como nueva plataforma para idear y desarrollar políticas de inclusión social de los géneros que el binarismo omite.

HACIA UNA RED LATINOAMERICANA. Los problemas urbanos de la región en la formación académica

arq. Ignacio González Roglich

 

Invitades por el equipo de investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Perú, integrantes de Proyecto Habitar participamos del WORKSHOP INTERNACIONAL LIMAPOLIS: “Combatiendo la desigualdad urbana. Arquitectura, diseño y ciudad”, desde el 1 al 8 de marzo, con la premisa de construir un espacio de reflexión sobre la producción urbano-arquitectónica desde un rol que promueva territorios más justos.

Durante una semana trabajamos junto a 140 estudiantes, arquitectes , docentes e investigadores especialistas en políticas públicas, referentes en procesos de gestión con organizaciones sociales, con un interés común: el de aportar a la transformación de la desigualdad urbana desde el estudio de los problemas y la producción de proyectos.

El workshop se organizó en tres momentos atravesados por la propuesta de aproximarnos al conocimiento del territorio desde un abordaje teórico-práctico de la cuestión urbana. Durante el primer momento, realizamos un recorrido por cuatro áreas de la ciudad; en el segundo participamos de las conferencias que brindaron especialistas de Perú, Ecuador, Colombia,  España, Italia e India; y por último trabajamos intensamente en ámbitos de taller, donde estudiantes y docentes asumimos el desafío de pensar trasformaciones espaciales para cada una de las áreas visitadas.

En el proceso de trabajo de las propuestas , les docentes e investigadores presentaron estructuras teórico prácticas  para guiar las transformaciones físicas y sociales que tomaron forma en proyectos urbanos. Estas propuestas fueron tomadas con entusiasmo por parte de les estudiantes, interesades en la idea de pensar la ciudad de otra manera, construyendo problemas urbanos situados.

La experiencia finalizó con una invitación por parte de proyecto Habitar a encontrarnos próximamente en la 3ra edición del Workshop “Arquitectura en la Producción Urbana Latinoamericana”, que realizaremos en Buenos Aires durante el segundo semestre de este año. Con la intensión de potenciar estos encuentros, promoviendo redes de investigación activista, que consoliden espacios de trabajo y reflexión, encuentros entre actores y los saberes diversos, y aportes desde la arquitectura y el urbanismo a procesos de producción social del hábitat.

 

 

RESULTADOS CONCURSO DE ESTUDIANTES «CASA VIOLETA PARRA, ESPACIO COLECTIVO»

CONCURSO DE ESTUDIANTES

“CASA VIOLETA PARRA, ESPACIO COLECTIVO” 

REFUGIO TRANSITORIO PARA MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Organizado por Proyecto Habitar y Aparecida en Red Ando, con el apoyo del Centro de Hábitat Inclusivo UBA – FADU y la Red Hábitat International Coalition.

En primer lugar, queremos agradecer en nombre de la Red Aparecida en Red Ando y Proyecto Habitar por la participación comprometida de todes quienes formaron parte de este proceso.

La invitación en este seminario y concurso fue la de producir colectivamente una mirada crítica del presente, que indague en el proceso de producción del espacio que nos trajo hasta aquí para proyectar un espacio futuro, que estimule relaciones sociales justas y democráticas.

Entre sus múltiples resultados contamos con 26 propuestas arquitectónicas en primera vuelta y 8 en la instancia final. Los proyectos elaborados son producto de un trabajo sostenido a lo largo de las jornadas del seminario donde hemos construido colaborativamente el programa social en base a una reflexión profunda sobre los procesos de transformación espacial y la desigualdad de género.

El desafío asumido fue y continúa siendo, aprender a leer en el espacio, la dominación que se ve en las relaciones de género, para promover su transformación desde la práctica que nos sitúa en un contexto histórico desde el hacer cotidiano.

 

RESULTADOS DEL CONCURSO

1° PREMIO Noroeste (LINK PROYECTO):

Conchi Berenguer Urrutia

Ignacio Urbistondo Alonso

Jon Bakaikoa Canflanca

 

2° PREMIO Flora (LINK PROYECTO):

Sabrina barruti

Andrea Yohana Diaz

Eliana Yael Luján Laslo

Stefania Clelia Amaya

 

3° PREMIO Pleamar (LINK PROYECTO):

Agostina Dominella

Candela Jañez

Matias Cosser Alvarez

Valentina Dimuro

Vanesa Velazquez

 

1° MENCIÓN Violeta (LINK PROYECTO):

Franco Pozzi

Eugenia Peña Aguilar

Julieta Gurrea

Nuria Romeu

Yaco Antonio de Moya

 

2° MENCIÓN TEKUN (LINK PROYECTO):

Mauricio Mendez Arevalo

Amparo Feito

Nicole Claros Calderon

 

MENCIONES ESPECIALES:

Hacia la liberación (LINK PROYECTO):

Ignacio Quiroga

Candelaria Biglione

Constanza Alel

Marina Cladera Ojeda

Martina Canale

 

CuaTros (LINK PROYECTO):

Carola Matar

Florencia Maya

Macarena Goicoechea

Nicolás Frutos

 

Batahola (LINK PROYECTO):

Meli Schall

Florencia Carola Perez

Florencia Restovich

María Victoria Scarione Avellaneda

Micaela Troiano

 

En una primera instancia de evaluación se seleccionaron 9 de las 26 propuestas elaboradas por les estudiantes en equipos interdisciplinarios, que continuaron ajustando sus propuestas para la segunda vuelta.

Las juradas que participaron fueron: las arquitectas y urbanistas Ana Falú, Eugenia Jaime, Ines Moisset y Zaida Muxi; y las especialistas Leonor Girard, Mercedes Martínez y Mónica Nuñez con la coordinación de la arquitecta y urbanista Clara Mansueto. En un proceso de análisis y valoración organizado en instancias colectivas, se acordaron los criterios de evaluación y se definieron las recomendaciones generales para la valoración en segunda vuelta:

Se valoraron las lecturas urbanas realizadas y la restitución de los elementos y los usos reconocidos en la propuesta arquitectónica. Así como aquellas propuestas que vincularon gradualmente los espacios colectivos e íntimos, que aportaron secuencias espaciales, situaciones intermedias de transición y de resguardo entre el interior y el exterior, que restituyeron las prácticas que cotidianamente desarrollan las mujeres de la zona, reflexionando de dónde vienen, con qué elementos cargan, cómo son los espacios recorridos, en qué condiciones, etc. 

Se valoraron las memorias descriptivas que expresan en cada caso un estudio sensible y detallado que guía la propuesta en relación con la problemática específica: violencia de género. Teniendo en cuanta las cualidades edilicias en relación con las diversas escalas de reunión para lograr la integración y la intimidad.

Se valoró el estudio de las tecnologías constructivas posibles de desarrollar en etapas, la incorporación de la iluminación natural para la generación de atmósferas y la adecuación de las propuestas para que las mismas resulten accesibles para personas en situación de discapacidad.

EXPOSICIÓN Y ENTREGA DE PREMIOS

La exposición de las 8 propuestas finalistas y la entrega de premios se desarrollará el día 15 de diciembre en el encuentro de fin de año “Derecho a la Ciudad” de Proyecto Habitar 2019, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sitio a confirmar.

El premio está compuesto por una selección de libros que abordan la problemática del espacio y la perspectiva de género. A su vez, los proyectos seleccionados formarán parte de una publicación a cargo de Proyecto Habitar, del cual se entregarán ejemplares a les participantes. Los trabajos serán difundidos a través de las redes de Proyecto Habitar, en todos los espacios que les organizadores consideren convenientes, tanto vía web como físicamente en seminarios, exposiciones y demás espacios vinculados a la temática.